lunes, 16 de abril de 2012

Mejor morir en pie


Una derrota peleada vale más que una victoria casual

José De San Martín


Estás cayendo en un abismo. Y tienes dos opciones: aferrarte aunque a las paredes por más lisas que sean o rezar que en el fondo haya algo que amortigüe tu caída aunque seguramente solo haya tierra seca y dura.

Era EL CLÁSICO. Y de visitante. La victoria era la más importante. Por la gloria, por la historia. En un sábado al mediodía con el sol calcinando las cabezas propias y ajenas allí también estaba la hinchada de Racing, en esa tribuna visitante que parecía más los bordes de una prisión de mediana seguridad que una tribuna.
Salen los jugadores, salen los jueces. Entre silbidos y aplausos se ubican es sus puestos.

Y empezó el partido.

Los primeros minutos fueron los comunes en un                        partido: tira y afloje para ver quien empezaba a dominar el juego. Racing empezó a hacerse con el control. Con el complemento de que el entrenador del Rojo, Cristián Díaz., fue echado por protestarle al árbitro Sergio Pezzotta. Y a los 26 minutos Gabriel Hauche desbordó por la derecha sacándose dos marcas y mandar un busca pies a Teófilo Gutiérrez que, luego dejar mal parado a quien lo tenía marcado, le bastó con poner su pierna hábil para empujarla adentro y marcar el 1-0.
Pero la alegría duró solo diez minutos.

La pelota quedó en medio del área grande causando una marabunta de piernas coqueteando con ella para hacerla suya. Tal fue la lucha por conquistar el corazón del partido que los jugadores académicos dejaron solo a Facundo Parra quien se hizo con el orbe y remató con fuerza al segundo palo custodiado por Sebastián Saja.

1-1  y al descanso.

Al iniciar la segunda parte bastó con esperar hasta los 12  cuando Bruno Zuculini rozó al Pato Rodríguez y este, haciendo gala de la actuación exagerada, se tiró al suelo como si le estuvieran disparando con una ametralladora. Penal y roja para Zucu jr.

Y 2-1 gracias a Parra.

A partir de ahí todo fue a pedir de Independiente. Con el Pato, con Villafañez, con Monserrat y con los tiros de pelota parada de Ferreyra amenazaban constantemente el arco de Saja.

¿La situación podía empeorar? Si.

Iban 29 y Teo le dijo de todo a Pezzotta y tarjeta roja y a la duchas (donde luego del match se armaría una disputa). Once contra nueve que podría haberse transformado con un once contra ocho si el referí hubiera visto los gesto de sobornado que le hizo Marcos Cáceres, quien había ingresado por Licht.

Y la situación empeoró aún más.

47 minutos remate de Villafañez desde la izquierda, rebote en Saja, y Patricio Vidal, que remplazó a Parra, solo como el llanero, la mandó a guardar. Dos minutos más tardes Rodríguez desde la izquierda también se enganchó hasta el lado contrario y transformó el 3-1 en 4-1.

Chau Coco. Chau Teo. Confirmado uno y a confirmar el otro según desde la dirigencia.
Desde el lado dulce de Avellaneda de la tragedia tienen que aprender. Ganando experiencia a través del error. Porque sino se estará estancado en la repetición de macanas.

Y para finalizar una humorada de una leyenda argentina de lo que NO se tiene que hacer:
Se aprende más en la derrota que en la victoria, pero… ¡Prefiero esa ignorancia!Roberto Fontanarrosa




Foto: DyN

No hay comentarios:

Publicar un comentario