martes, 3 de abril de 2012

Todo parecía tan tranquilo...

por Ramiro Moretta


foto: unosantafe.com.ar

Siempre se ha hablado de la calma antes de la tormenta. Ese instante donde oyes hasta el mismo silencio. Y muchas veces el ser humano experimenta ese sentimiento cuando tiene controlada la situación que está ocurriendo en ese momento.

Para luego perder ese control de un certero golpe en el instante en que te descuides.

Racing venía de perder 3-0 contra Unión, quien castigó al segundo de empezar el partido, y que supo mantener el control durante el transcurso del mismo. Y esta vez el rival era el Newell's de Gerardo Martino, alumno de la Escuela Marcelo Bielsa de Futbol. Y si el 4-3-3 le había funcionado a Alfio Basile, ese era el sistema que iba a implementar, con Giovanni Moreno dentro del once inicial.

Moreno y Teófilo Gutiérrez se pararon como wines, con Federico Satander como nueve de área. Del otro lado estaba la figura del equipo Pablo Pérez, uno de los rescatados por Martino del exilio leproso junto a otros jugadores.

El primer tiempo chocaron mutuamente. Por momentos dominaba uno, por momentos dominaba el otro. Hasta que los ''Coco's Boys'' empezaron a ganar más terreno.

Pero se encontraron con un arco más cerrado que... (NdR: esto queda a imaginación del lector).

Estando ya en el segundo tiempo la esperanza de gol se mantenía intacta... hasta los  15 minutos. Cuando Maximiliano Urruti recibió la pelota de parte de Lucas Bernardi, y el delantero rojinegro, más solo que astronauta a la deriva, quedó mano a mano con Saja y remató al segundo palo marcando el primer gol.

Nueve minutos más tardes Pablo Pérez, por el mismo sector (el de Martínez y Cahais) recibió una vaselina de Bernardi (otra vez) para volver a quedar uno a uno contra el Kraken que nada pudo hacer.

2-0 y agarrate Catalina...

Segunda derrota consecutiva. Y se acerca la hora de enfrentar dos clásicos: San Lorenzo y el Clásico de Avellaneda contra los vecinos que visten de rojo.

Todo parece indicar que se acercan tiempos turbios en el lado dulce del barrio... solo hay que esperar... tal vez sean pasajeros.

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